lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Quién mueve los hilos del "Colectiu per la Dignitat de la Comunitat Valenciana?

l autodenominado “sector valencianista” del Partito Popular sigue haciendo amagos para recolocarse en la organización de cara a las elecciones autonómicas del 2011. En el PP vieron con especial recelo la última conferencia del alcalde de Vallada en la que tuvo como introductor el multimilitante y conspicuo conspirador de todas las causas, el ex socialista Fernando Millán, que lo presentó como el referente aglutinador de la unidad del valencianismo. Millán, que en su día ya presentó a Sentandreu en los mismos términos, sigue buscando acomodo en la política y participa ahora también como interlocutor de este nuevo amago de Fernando Giner que, como ya ha hecho en anteriores ocasiones, utiliza la estructura y nombre valencianista de la centenaria Lo Rat Penat para posicionarse dentro del PP.

El Presidente de Lo Rat Penat, Enrique Esteve, otro tránsfuga de Unio Valenciana a las orillas del PP y que ocupó multitud de cargos a la sombra del Zaplanismo en Canal 9 y en las empresas de la Diputación, es la tercera pieza de este engranaje para atrapar a incautos y seducir a despechados.

El siempre manido y seductor argumento de la “unidad del valencianismo” es utilizado sin rubor ni pudor por el trío Giner-Esteve-Millán para dar cuerpo y eco a su amenaza y hacer llegar a oídos del PP este proyecto muerto antes de nacer por la propia voluntad instrumental de sus promotores.

Como si de un parany se tratara y atraídos por los cantos del seductor cebo valencianista acuden gente de bien y de mal. De bien, convencidos de que la “unión del valencianismo” es algo todavía por realizar, y de mal, eternos conspiradores, moradores de cargos, primeros puestos en lista, acreedores de Valencia y de lo valenciano, maledicentes y demás especímenes de lo peor de la fauna capaz de pactar con su propio verdugo.

Sirva, pues, esta nota como advertencia para los buenos de corazón para que conozcan que son instrumento de una burda y repetida jugada cada vez que hay movimientos de sillas y listas en el PP. Y para los viajantes de partidos, exigentes de cargos y expertos de la crítica y de la difamación, simplemente que sepan que volverán a ser víctimas de su propio pecado y que cuando Giner y Esteve estén recolocados, una vez más, en el PP y adviertan que han sido víctimas del timo de la estampita, deberán de volver a empezar, que es lo suyo, siempre empezando pese a su ya avanzada edad. Es lo que tiene la ambición ilegítima, la vanidad o, simplemente, la soberbia.

Sólo si Giner fracasa en su regate a Camps y en su verdadero objetivo de alcanzar una posición preeminente en el PP podría llevarse a efecto lo que no es otra cosa que un nuevo partidito valencianista (por mucho –ya no tanto- Giner que lo habitara) nacido de la mano experta de los eternos divisores que ya no consiguen esconder, bajo su bandera de “unidad y dignidad”, una clara intención destructora.