martes, 24 de marzo de 2009

Killilea reconoce el valenciano, per Josep Esteve Rico Sogorb

Frente a quienes dicen que Europa no reconoce el valenciano como lengua y se oponen a ello, cabe recordar que la UE reconoce la lengua valenciana desde 1991 tras firmar entonces un convenio con la Generalitat Valenciana en el que se asigna a ésta el “derecho exclusivo” de traducir y publicar el documento europeo "Eurovoc".

Concretamente desde el 13 de mayo de 1991 la Unión Europea reconoce la denominación del idioma valenciano. En esa fecha el Consell firmó un convenio con la Oficina de Publicaciones de las Comunidades Europeas para traducir en lengua valenciana la segunda edición del documento "Tesauro Eurovoc", un indizador o indexador plurilingüe de conceptos.


Convenio rubricado por Lucien Emringer como director de esta institución europea u organismo oficial que autoriza las publicaciones en las lenguas oficiales de los Estados y Regiones de la UE y el entonces conseller de Administración Pública del Gobierno autonómico socialista Emèrit Bono. Curioso: en Madrid y Valencia gobernaba el PSOE y en Barcelona, Convergència i Unió. Entonces no hubo problema alguno y ahora todo son zancadiilas para el valenciano. Esto demuestra la politización y los intereses del tema y de los politicos implicados en la actualidad.


Fruto del convenio, la UE reconoció a la Generalitat Valenciana “la potestad y el derecho exclusivo de traducir y publicar en el mundo entero y en cualquier medio, impreso o no, una versión en lengua valenciana”. En dicho acuerdo no intervino el Gobierno Central y ni siquiera protestó el Govern de Catalunya, al contrario que ahora; lo que demuestra que en el tema de la traducción de la Constitución Europea y sus derivaciones la Generalitat es la única institución que tiene competencias, derecho y potestad por lo que no tienen fundamento ni argumento las injerencias, amenazas y quejas de otra autonomía como es Catalunya. Cinco años después, el convenio fue renovado entre la Generalitat y la Oficina de Publicaciones Oficiales de la UE. En este caso fue el popular José Joaquín Ripoll el encargado de suscribir el acuerdo.


Seguidamente, la lengua valenciana -diferenciada del catalán- se declaró oficial y así está reconocida su denominación en Europa desde el 5 de noviembre de 1992 tras la aprobación de la Carta Europea de Lenguas Minoritarias a la que se adjuntó el informe del comité de expertos de fecha 13 de febrero de 1991 en cuya página 80 se reconoce el catalán y en la 81, totalmente diferenciada, el valenciano. Asimismo el pleno del Parlamento Europeo aprobó la denominada “Killilea Resolution” en la que en su documento técnico anexo figura reconocida la lengua valenciana (pág. 49) diferenciada del catalán (pág. 21).


Si desde entonces el valenciano es oficial y está reconocido en cuanto a denominación o nombre (normativas aparte), los conselleres González Pons y Amor erraron al decir que con la actual traducción valenciana de la Constitución Europea se inicia la oficialidad y el reconocimiento de nuestra lengua. Y lo más grave: Maragall, Carod y Zapatero con sus actuaciones se sitúan en contra del informe 13/91, de la resolución "Killilea" y de la Carta Europea de Lenguas Minoritarias como intentos de vulnerar éstos acuerdos aprobados por España y resto de la UE. ¿Será capaz ZP el próximo dia 22 de violar estos acuerdos con la retirada de la traducción valenciana y aceptando como única denominación la de catalana integrando el valenciano? No puede vulnerar lo que como ordenamiento jurídico-legal-legislativo está reconocido y refrendado por la UE ¿Por qué no respetan y admiten todos ellos las legalidades europea, constitucional y autonómica? ¿Hemos de refrescarles la memoria? Nadie cita la “Killilea Resolution”.


De ésta nadie se acuerda ni quiere acordarse o no les interesa. Ni a Maragall & Carod -pues desean aprovechar la polémica para sus pretensiones y aspiraciones politicas con la excusa de una discutible unidad lingüistica- ni a Zapatero -quien quiere evitar el ridículo de ser el primer jefe del ejecutivo que no logre aprobar a la primera los presupuestos generales y desea pasar a la posteridad como el presidente que rubricó la Constitución Europea pacífica y consensuadamente- ni a Camps -que seguirá utilizando el objeto de la discordia, el tomo de marras, la traducción "valenciana", como arma contra ambos: derecha contra izquierdas, contra Madrid y Barcelona, versus ZP-Maragall-Carod. O sea, ganan o desean ganar los políticos implicados, por intereses.


En definitiva, pierde la Comunidad Valenciana, pierde la lengua valenciana -reconocida por Killilea y presente en la Carta de Lenguas Minoritarias- y perdemos los valencianos, como siempre, desde la batalla de Almansa en 1707 -297 años perdiendo-. Somos moneda de cambio, juguete caprichoso y objeto del deseo ambicioso de todos ellos. Lamentable.